Homilía del domingo XXVI del Tiempo ordinario -B- Números 11, 25-29 Salmo. 18, 8. 10. 12-13. 14 Lectura de la carta del Apóstol Santiago 5, 1-6 San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48 La primera Lectura nos cuenta que unos ancianos recibieron el Espíritu y se pusieron a profetizar. Es un relato que nos puede parecer un poco extraño, pero debemos enmarcarlo en el contexto de las religiones ancestrales.
Lo esencial de este pasaje es entender que la presencia del Espíritu es un don de Dios, y que no se puede encerrar en una estructura, pero tampoco es propiedad privada. Algunos grupos en la Iglesia pueden creer que solo ellos tienen el Espíritu. Hay que estar atentos, pues esa creencia es una desviación de lo que Dios quiere. La carta de Santiago nos trae ese pasaje tan duro sobre las riquezas. El problema se encuentra en la acumulación injusta de riquezas, pisoteando, asesinando e impidiendo que otros tengan lo necesario. No es un problema del pasado o de los países tercermundistas. La acumulación de las riquezas injustas es muy actual, mundial. Me atrevo a decir que quienes dirigen las naciones ya no tienen el poder de decisión, pues han vendido ese poder, luego no pueden, en muchos casos, crear políticas justas y dignas. El cristiano tiene una misión importante en estos contextos o, como diría el Papa Francisco, “en esa periferia existencial”. “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. Hablemos entonces de los que están a favor de Jesús. La verdad, prefiero ser positivo y decir todo lo que pueda mostrar que muchas personas siguen a Jesús; muchos en el silencio, otros en el servicio, de múltiples maneras… Este domingo es el día del migrante y del refugiado. Todos conocemos esta problemática y sus dificultades y sus politizaciones… Nuestra Unidad Pastoral de Etterbeek, de la que formamos parte, tiene en marcha el proyecto “Wemeet”, es se trata de un proyecto fraternal para acoger a los refugiados, el cual es apoyado por todos los que viven (o no) en Etterbeek, como es el caso de los padres dominicos. Este proyecto se inició hace casi 4 años. Solo se acogen familias con estatuto de refugiado. Hasta la fecha se han acogido en total 6 familias sirias, 2 familias guineanas y un joven afgano. Estas personas no se detienen ante las dificultades. Aprender una nueva lengua, escolarizar a los niños, hacer una formación profesional para conseguir empleo, buscar trabajo, equipar el apartamento, etc. Varios de ellos son autónomos. Tres niños han nacido ya en Bélgica. Más de 60 voluntarios colaboran en este proyecto. “Todos ellos están a favor nuestro”, dice Jesús. Otro ejemplo es GAM asbl, una asociación sin ánimo de lucro con 14 años de existencia, 28 proyectos sostenibles en 8 países y 6.992 beneficiarios directos. Todos los que apoyan a GAM “están a favor nuestro”, como dice Jesús. Nuestra fe nos empuja a hacer el bien. Para ello no hay que encerrarse en las fronteras familiares, hay que salir… En el mensaje del Papa para esta Jornada Mundial del Migrante y Refugiado dice, entre otras cosas, lo siguiente: “Nacionalismos e individualismos rompen el “nosotros”.” En un momento en el que "los nacionalismos cerrados y agresivos y el individualismo radical desmoronan o dividen el “nosotros”, tanto en el mundo como en la Iglesia", el Papa Francisco sueña con un "futuro en color". "Hacia un nosotros cada vez más grande" es el tema de esa Jornada. Es decir, un futuro en el que la Iglesia sea "cada vez más inclusiva" con los migrantes y refugiados de otras confesiones para desarrollar el diálogo ecuménico e interreligioso, en el que el mundo se "enriquezca con la diversidad y las relaciones interculturales" y las fronteras se transformen en "lugares privilegiados de encuentro". En muchas ocasiones me he encontrado con “cristianos” racistas… Siempre me pregunto: ¿Qué catequesis han recibido estos Hermanos, en qué familia y en qué medio cultural han crecido? Termino con unos párrafos del último libro de Joseph DE KESEL, “Fe y Religión en una sociedad moderna”: “El cristianismo no puede recuperar su audiencia y sus colores en Europa con una cultura de la confrontación ni con un intento de revivir un pasado que ya no existe, ya que corre el riesgo de quedar aislado y de separarse del mundo. La salvación de la misión universal de la Iglesia depende más bien de su capacidad para facilitar una cultura del encuentro y del diálogo con todos los que quieren humanizar la sociedad moderna y rechazan la marginación de la religión de la esfera pública. No parece que a Dios le interese primero su pueblo o su Iglesia. Lo que tiene en mente desde el principio, y seguirá siendo su objetivo hasta el final, es su Creación, el mundo, la humanidad.” P. Amílcar Ferro, mxy Homilía del domingo XXV del Tiempo ordinario -B- Sabiduría 2, 12.17-20 Santiago 3, 16-4, 3 Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37 “QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL ÚLTIMO DE TODOS” (MC 9:35) En el camino a Jerusalén, Jesús sigue instruyendo a sus discípulos sobre el final que le espera. Insiste una vez más en que será entregado en manos de los hombres y estos lo matarán, pero Dios lo resucitará. Marcos señala que "no entendían lo que les quería decir, pero les daba miedo preguntarle".
No es difícil adivinar en estas palabras la pobreza de muchos cristianos de todos los tiempos. No entendemos a Jesús y nos da miedo ahondar en su mensaje. Las lecturas de este domingo nos proponen dos lógicas que se oponen la una a la otra: Una está animada por los deseos de justicia y de paz, por la apertura a los hermanos y a Dios; la otra busca el poder, la dominación, el placer, la satisfacción inmediata. Cada lectura nos empuja a preguntarnos qué es lo que guía nuestras decisiones diarias. El Libro de la Sabiduría nos habla de los judíos exiliados en Alejandría. Allí viven en otra cultura y los griegos se burlan de ellos porque se llaman a sí mismos “hijos de Dios”. En esta comunidad muchos han perdido la fe y abandonado las prácticas religiosas, pero muchos de sus compatriotas no soportan y reprochan la fidelidad de algunos. Las dificultades de estos creyentes son también las nuestras. Vivimos en un mundo indiferente y hostil a la fe. Pero tenemos la esperanza de que el mal, el odio y la injusticia no tienen la última palabra. Todas las pruebas por las que pasa la Iglesia hoy son un llamado a unirnos más al Señor. Podemos contar con El, con su Amor siempre presente en medio de nosotros. La carta de Santiago denuncia “los celos y las rivalidades que llevan al desorden y a todo tipo de malas acciones contra los hermanos”. El apóstol nos recomienda unirnos a “la sabiduría que viene de lo alto”. Esta sabiduría “es, en primer lugar, intachable y, además, es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera”. (Santiago 3, 16-4, 3) Santiago nos repite que la verdadera luz la encontramos en la sabiduría que viene de Dios. Las enseñanzas de Jesús a los apóstoles están también dirigidas hoy a nosotros, a quienes recorremos la senda de la vida. Jesús nos orienta cómo avanzar por ella y nos muestra la importancia del servicio a los demás. El más grande es aquel que sirve y se preocupa por sus hermanos. El que busca el poder, las adulaciones, las riquezas o sus propios intereses no es el más importante en la lógica de Jesús y de todos los cristianos. La verdadera grandeza es la acogida y el servicio a los más pequeños. Este servicio ha sido elevado al rango de servicio a Dios. A través de las tres lecturas de este domingo es Dios quien nos habla: El justo que sufre nos hace pensar en aquellos cristianos perseguidos y obligados a huir de su país. La carta de Santiago habla de aquellos que viven de las intrigas, porque quiere liberarnos de la búsqueda de nosotros mismos. El Evangelio nos recuerda que los grandes son aquellos que tienen el corazón abierto a Dios y a los hermanos. La liturgia de hoy nos invita a ser una Iglesia “al servicio” de los demás, en particular, de los más vulnerables. Recordemos lo que Jesús dijo un día: “Lo que hacéis a uno de estos más pequeños, es a mí a quien lo hacéis”. Para esta misión no estamos solos. En cada misa, el Señor nos alimenta con su palabra y con su cuerpo. Este encuentro con Él es verdaderamente el momento más importante de la semana y del día. Jesús quiere que lo sigamos por el camino del amor, del servicio, dejando de lado toda forma de egoísmo. P. Amílcar Ferro, mxy |
AutOrAmilcar Ferro mxy. ArchivO
Octobre 2021
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